Actualmente, como es sabido existen en nuestro
continente países que no simpatizan ciegamente con los intereses de Estados
Unidos. En estos países ha empezado procesos de redistribución de la riqueza
que intentan, unos más que otros, reducir las brechas entre las clases
sociales, procurando mejorar el bienestar de la calidad de vida de las clases
que han sido históricamente las más desfavorecidas.
Cuando todo el sistema económico occidental se
encuentra en una fuerte crisis que parece no tener fin, en nuestro continente
algunos países que han decido defender su soberanía contra las garras de los
intereses imperialistas demuestran que el bienestar social es cada vez más
posible.
Se han venido creando organismos donde participan
países interesados, en su mayoría, en recuperar la libertad de nuestro
continente, en dirigir los esfuerzos y beneficios del trabajo consciente hacia
la recuperación de la historia olvidada de nuestro continente, así como hacia
una reorganización social más equilibrada donde los derechos más fundamentales
lleguen a cada uno de los ciudadanos, siendo estos mismos los que tengan la
capacidad de participar políticamente.
Sin embargo, también actualmente Colombia, que ha sido
desde hace mucho tiempo ya un aliado de los interese norteamericanos, ha
comenzado su proceso de ingreso a la Organización del Tratado Atlántico Norte
(OTAN). Estados Unidos, Francia e Inglaterra son los países cuya palabra tiene
más peso dentro de esta organización, y ha sido responsable de ataques
militares históricamente en diferentes partes del mundo perpetrados por la
única decisión de su Consejo, el cual responde en todas las ocasiones a los
intereses político y económico de los países que lo componen disfrazado del
argumento de “seguridad nacional”.
Lo cierto es que si Colombia ingresa formalmente a
la OTAN, puesto que ya había participado bajo bandera española en la invasión a
Irak, nuestra Latinoamérica se encontraría más que nunca dentro del potencial
campo de injerencia militar por parte de esta organización. Representando una
clara amenaza a los procesos de liberación que se vienen dando dentro del
continente, puesto que ahora cualquier chispa o argumento bien fabricado desde
los medios masivos de comunicación capitalista puede ser justificación
suficiente para que la OTAN actúe en virtud de una falsa defensa se la
“seguridad nacional” de alguno o algunos de los miembros que lo componen.
¡La soberanía Latinoamericana se defiende!
¡Viva Latinoamérica libre, unida y soberana!