Una
semana después de cumplir su tercer año de gobierno, Laura Chinchilla le
demuestra al pueblo costarricense que de firme y honesta no tiene ni un pelo.
La señora, se fue de “ride” para Perú a celebrar una boda y de paso a reunirse
con el presidente de ese país, Ollanta Humala.
Lo
que no se imaginaba, era el escándalo que se le armaría al descubrirse que el
avión privado en el que viajó junto a su esposo, es propiedad de Gabriel
Morales Fallón, un tipo vinculado con el narcotráfico en Colombia y socio de
Rolando Fonseca, ex futbolista costarricense. Ella alega su “inocencia” y hasta
dice sentirse traicionada por su gabinete, en el discurso que emitió en la
cadena Nacional de televisión, ni la cruz que colgaba de su cuello la salvó de
meter la patas.
Evidentemente,
este teatrito que se está montando es una estrategia sucia que Chinchilla
vuelve a mostrarle al pueblo, es la burla a la que los y las costarricenses nos
hemos tenido que enfrentar todo su gobierno. ¿Quien le va a creer que no sabe
quien le prestó el avioncito, o será que ha ido perdiendo la memoria?
Burladxs
nos sentimos todxs lxs habitantes de este país, con la creciente militarización
de las fuerzas de seguridad, con las concesiones que a esta señora se le
ocurren, con la pobreza cada vez mas acrecentada, con los despidos a lxs
obrerxs, en fin con la venta de nuestro país.
Y
como nadie en casa presidencial quiere que le descubran sus andanzas, el
ministro de comunicación, la asistente de la presidenta y el ministro de la
presidencia, optaron por actuar según le viejo refrán, “es mejor que digan aquí
jalo, que aquí murió”, y de una vez presentaron su renuncia.
Esta
es una muestra más de que Costa Rica, no es ni el país más feliz del mundo, ni
un país de paz, aquí somos víctimas de los gobiernos despóticos que la derecha
ha representado siempre y estamos CANSADXS!!!!!